miércoles, 7 de agosto de 2013

Vacío

La vida se compone de momentos, los momentos se componen de escenas y fotogramas compuestos por pequeñas acciones que marca nuestro siguiente paso en la evolución de nuestra vida cotidiana. Admito sin embargo que las circunstancias a veces hacen que tengas que borrar, o más bien tengas que retocar cada fotograma antes de emitirlo en el continuo espacio de nuestra toma de decisiones. No obstante, hay que al menos hacer una reflexión de porque retocamos, eliminamos y procesamos dichas escenas, dichos fotogramas.

Tengo que admitir que últimamente me paso los días eliminando escenas porque parecen políticamente incorrectas, porque son reprobables o simplemente son tan diferentes que son incomprendidas y al final reprobadas; quedando dos caminos, o eliminas la escena o simplemente cargas con la consecuencia del guión subsiguiente a esa escena. No se vosotros, en serio, pero tengo la sensación de que a la gente le encanta la rutina establecida por la sociedad y cuando te sales de ella o directamente no se percatan que no eres el estrato social que ellos desean directamente te aíslan, eso si con mucha corrección política, pero te aíslan. Con lo sensacional que es la diversidad, la sensación de aires nuevos para una convivencia y la capacidad de saltarse una rutina para convertirte en algo único. Pues no amigos, no, importa más que formes parte de un engranaje que se ajuste a la película que hay alojada en las mentes de personas que no desean ser mas que amebas dirigidas por un ente que dicta hasta sus más íntimos y oscuros pensamientos.

Y esto nos vuelve a traer al principio, el montaje nocturno de cada cortometraje diario que es la vida cotidiana y la conclusión de que en ciertos momentos, me encantaría ser como ellos, sólo en ciertos momentos claro. El resto del tiempo observo con desespero como a mi alrededor hay como una especie de vació en el que me siento solo gritando a la nada de Atreyu, esperando sin mucho éxito una respuesta para no tener que estar recomponiendo las escenas de mi día a día. ¿Y sabéis que es lo más triste de todo esto?, que por mucho que intente o intentéis cambiar la dinámica e intentar enseñar un mundo nuevo o simplemente una manera distinta de sobrellevar la vida cotidiana, la respuesta sera simple: un discreto silencio y el aislamiento. Y nada de lo que se intente cambiará la situación, a no ser que gritéis fuerte al vació o que simplemente tengáis un oído cómplice para que el vacío se llene por una vez de algo distinto a la rutina.

jueves, 18 de julio de 2013

El verano, el boton y el jardin

La doncella se paseaba por los desordenados jardines de la ciudad del verano, mientras olía el aroma del jazmín se dejaba llevar por los pensamientos de lo que el viento traía como mensaje. Esperaba sin lugar a dudas que el viejo “Botón” como todos los días le contara todos los cotilleos acaecidos en la rosaleda de la danza. Sin embargo aunque encontraba deliciosa la compañía del viejo Botón, su mirada andaba perdida desde los promontorios de los jardines, guiando su vista a lontananza en busca de una señal que parecía resistirse a ponerse en sus almendrados ojos.

En la rosaleda de la danza estaba el viejo Botón, esperando que la encargada del rocío llamara a los ninfos para que los rosales abrieran sus pétalos para recibir los últimos y cálidos abrazos del sol de la tarde antes de que la alegría se instalara en la rosaleda. La encargada del rocío siempre paseaba impertérrita por todos los salones del jardín del verano, mientras veía apuestos donceles apostarse junto a las columnas de yedra esperando que las damas hicieran acto de presencia para que sus laudes y letras de amor arrullaran sus corazones en un baile que traería consigo el despertar de la luna. Pero Botón esperaba, era el que contaba todo lo acaecido en el jardín del verano. ¡¡Oh viejo Botón cuando dejarás de cotillear y permitirás que la doncella baje al fin al baile del verano!!, repetían una y otra vez las doncellas de la rosaleda. Botón fruncía el ceño y no respondía solo estaba atento a todo lo que se decía, para como siempre colmar a la doncella del promontorio con su deliciosa charla sobre las trivialidades del jardín.

Mientras allende la ciudad del verano, un rumor cabalgaba a toda velocidad hacia la rosaleda de la danza. En su grupa iba un joven de aspecto joven y calmado con fiera mirada que atravesaba las brumas del tiempo para llegar a la rosaleda y darle a la doncella el mensaje que esperaba. El día vencía su luz para dejar paso a la noche y con ella la sempiterna danza de la alegría en la rosaleda, mientras tanto la doncella esperaba escuchando atentamente al viejo Botón que le contaba lo ocurrido. La doncella cambiaba a cada minuto el gesto mientras Botón acababa el relato, ¿que te ocurre doncella? Inquirió Botón. Nada mi buen Botón hoy tampoco llegará. En ese momento sonaron las flautas y los laudes, al fin había llegado el momento de la danza y la doncella muy triste miraba a lontananza, una tenue luz se iluminaba entre las brumas y Botón añadió: No se puede evitar que llegue doncella, el verano no puede abandonarnos llegará y al fin hará que florezcas como todo el jardín bella doncella.¿Y que harás tu Botón?dijo la doncella. Contare esta historia como otras que he contado para que nadie la olvide bella rosa, respondió Botón.

miércoles, 17 de julio de 2013

Silencio

Pasa el tiempo y te das cuenta de la necesidad de sentirte vivo. Alguien podría decir que estar vivo es salir todos los días ir al trabajo, leer el periódico volver a tu casa y estar descansando, pero no, al menos no me parece a mi que estar vivo se algo así. Voy a confesar algo: soy una persona tremendamente charlatana. Se que suena a la típica entrada de “vaya ya empezamos a tener diálogos estúpidos sobre las cosas que te pasan”. Posiblemente, pero echo de menos una buena conversación sobre temas tan trascendentales como un libro o simplemente la actualidad diaria. Puntualicemos, no no es culpa de mi vida privada, esa la tengo bien, es un problema de silencios.

Me siento muy a gusto escribiendo en este blog pero, ¿a nadie le parece que sería ideal poder comunicarnos en directo y sin redes? No se, será que en el fondo empiezo a perder la cordura o que me siento realmente solo a la hora de hablar de algo. Lo que si se es que detesto el silencio. Es incómodo y deja fuera de lugar hasta el aire que se respira en esos momentos. Y me parece aterrador no oir nada a mi alrededor es como si todo estuviera muerto, como en aquella película: “I'm a legend”. El personaje de Will Smith estaba solo en un paisaje desolador y acababa charlando con unos maniquíes en un videoclub para no perder la cordura. Pero es que realmente estamos todos en una espiral que va encaminada a ese punto, vamos por la calle mirando como zombis y como mucho le hablamos al móvil de los cojones, eso quien le habla otros lo miran como atontados mientras lo acarician con el dedo indice o el pulgar del mismo modo que se sobarían los genitales. En la calle mis conversaciones más largas empiezan por: “Paco ponme un café solo con media de paté” y terminan con un: “Paco ponme un vaso de agua y cóbrame”.

Siempre leo en encuestas que lo que más teme la gente es la muerte y el como morir o la vejez. Parece que a nadie se le ocurre pensar en el silencio. Una vida entera en silencio te mata en vida y te duele y envejece más que cualquier otra cosa. La verdad es que me siento solo y me hace sentir más solitario tanto silencio a mi alrededor, será porque como dije al principio soy un charlatán, o tal vez es posible que sea porque me aterra la idea de no poder decir más que lo estrictamente necesario, como si hablar de cosas ajenas a la necesidad fuese innecesario. Y lo peor es que tengo la sensación de que a mi alrededor la gente parece agradarle vivir en ese silencio, como si sus maquinitas fueran a alegrarles la existencia sin necesidad de expresar nada. No lo se, realmente no lo se y no se por qué cuando escribo esto lo hago totalmente en silencio. Tal vez sera porque al menos aquí consigo expresarme, no se si alguien lo entiende, pero al menos me expreso y no me quedo a oscuras viendo como el silencio me deja aún más solo. Buenas noches.

martes, 16 de julio de 2013

La vela

Es curioso como pesa el paso de los años en cada persona. Es como una losa, día a día e incluso segundo a segundo; echas la vista atrás y sopesas todo lo que has hecho en cada acción presente que planificas para el futuro sabiendo que a continuación vas a volver a sopesar todo lo que has hecho. Tiene algo de halo perverso esto de pasar los años, nunca llegas a saber realmente si realmente has hecho lo correcto, lo incorrecto; lo que está bien o lo que está mal. Todos dicen o decimos no arrepentirnos de nuestro pasado, aunque seamos honestos... eso no es así.

Pero volviendo al hoy, como iba diciendo el peso de cada paso de los años es un examen donde miramos hacia atrás intentando eliminar todo aquello que consideramos erróneo, malo o incluso doloroso. Para cada uno dicho examen es distinto y como no cada uno lo afronta de distinta guisa. Tiempo ha pasado desde que empecé mi propio examen que no siempre es anual y no tiene porque coincidir con mi aniversario, es un acto de contrición que tiene sus pautas y sus tiempos. A veces me pregunto si cada cual cuando mira hacia atrás siente algo o pierde algo en cada hecho que analiza en su particular recordatorio. Gente más sabia suele ningunear el pasado diciendo que lo que importa es el futuro, otros no obstante opinan que sin el pasado es imposible afrontar el futuro con garantías. Aunque nunca he sabido que hacer, supongo que cada momento de reto ante una situación como esta lo miras de un modo concreto dependiendo de como sea lo que quieres afrontar cara a tu futuro, pero lo que nadie te quita es el peso imparable de esos años, que indefectiblemente te va endureciendo haciéndote perder algo de aquella ingenuidad que te hacía sentir muchas cosas que ahora las tomas como dice la gente, de manera más madura. Pero, ¿qué matamos con esa actitud?.

Si, cada momento pasado es una enseñanza cara al futuro que debemos cuanto menos atender con cierta seriedad pero sin perder lo que nos hace únicos. Yo lo he llamado ingenuidad, pero realmente creo que es juventud, matizo, quiero decir juventud mental y espiritual. El paso de los años es cruel, pretende quitarnos esa juventud, como si fuera el fuego consumiendo la cera de la vela hasta dejarnos derretidos en la dura y fría palmatoria. ¿Cómo es aquello?: “no me arrepiento de nada”, “hay que mirar hacia delante”, “olvídate del pasado”. ¿De verdad? Y que pasa con mi juventud, con mis sueños y mi ingenuidad, ¿también hay que olvidarla?. Yo creo que no, esa ingenuidad y esa capacidad de soñar y sentirme joven es la que me hace escribir estas lineas, sin arrepentirme absolutamente de nada...bueno de casi nada, de algo si que te arrepientes, pero no es tan importante como para agostarte y dejar que el peso de los años consuma tu vela y te quedes en la palmatoria. Buenas noches.

lunes, 15 de julio de 2013

los sueños y el gorrión

Los pensamientos son como los sueños, a veces no sabemos como expresarlos. Es incompresible la magia que hace que nuestra mente sea capaz de sustraer a la vida y a nuestras cábalas posibilidades infinitas para el entendimiento de nuestro subconsciente. La magia, si. Podemos estar o no de acuerdo con su existencia de manera empírica pero a veces se manifiesta de manera intensa e íntima dentro de cada uno de nosotros. Se hace visible en nuestras lagrimas, es nuestras sonrisas en nuestra hilarante carcajada o incluso en la piedad sobre nuestros semejantes y sus cuitas.

A veces el sueño es como mirar a través de una lluviosa ventana, no vislumbras que hay más allá, pero sabes, intuyes y olfateas esa limpieza que trae el agua, mientras el cielo llora por cada sentimiento expresado que muere al aflorar otro en cualquier parte distinta del universo. No, puede que no sea magia, ciertamente, pero es posiblemente el truco de prestidigitador o de trilero si me apuráis más alucinante que podréis ver. Hoy concretamente alguien trató de captar un momento único, era un gorrión mojándose alegremente en una fuente bajo el sol del medio día. En si el momento podría parecer normal, pero hubiera sido una buena instantánea de esos momentos de agua, alegría y magia de los que hablamos. Al final el momento duro un sólo instante. Lo que nadie puede dudar es que el mundo esta hecho precisamente de eso de instantáneas, ellas son en si mismas materia hecha de los sueños de las personas que como la de la que hablaba hace un momento buscaba tener almacenado un sencillo y mágico momento personificado en ese gorrión y su insaciable sed de frescor en la fuente.

No obstante los pensamientos nos traen trozos de universo para que nuestros sueños diseñen el motor de la vida en nuestro pequeño globo azul. La magia sólo es la explicación más o menos veraz de la interpretación de nuestros sueños y de nosotros ha de depender el convertirlos en algo más que una voluta de invisible humo que se transportará mas allá de nuestro alcance para disiparse en el aire y quien sabe si para convertirse en la lluvia reparadora que usara nuestro pequeño gorrión una vez mas para darse un merecido homenaje, buenas noches.

el bourbon, los recuerdos y la rutina

Me dijo un buen colega ya muerto que salir por las mañanas por la puerta fuera la hora que fuera era toda una aventura. Desde ir al trabajo pasando por esa carretera llena de luces de los faros aún iluminadas, ese viandante madrugador que siempre aparece haciendo footing o simplemente el llegar a la cafetería más tempranera para tomar ese café fuerte y ardiendo como el mismísimo infierno que te abre los ojos para acojonarte pensando en el día que te espera.

Pues eso es lo que ahora no pasa por varias razones a muchísima gente. La primera es que ahora amanece antes y hace ya algo de calor con lo que ese café no apetece tanto, la segunda y fundamental es que muchos están de paro forzoso gracias a la situación diaria. El caso es que el amanecer y salir por la puerta ahora cuasi que acojona más, porque vas sin rumbo fijo, detengámonos precisamente en esto, salir sin rumbo. Lo primero que descubres es que andar es un oficio duro, el café no sabe tampoco igual, de hecho sabe a café. Pero el panorama es descorazonador, sin un leit motiv ya te sientes bastante desorientado, por mucho que allí estén todos los elementos de esa vida anterior, ahora carecen de sentido. Como también carecen de sentido las típicas maldiciones y gruñidos sobre lo que te jode tu jefe o tu colega el mas pelota del planeta pero el que menos trabaja. Así que observas a tu alrededor y ves muchos cafés en la misma desacostumbrada hora y en vez de relajarte lo que haces es lamentarte más.

Podría decir que la rutina sigue y sigue pero no es así porque como decía este buen colega, para que haya una rutina tienes que estar muerto o peor. Donde no alcanzan las palabras, llegan los sentimientos decía este buen amigo ya desaparecido hasta de mi memoria salvo por cosas como esta, la afición al Jack Daniels y a los buenos cigarros. Hoy posiblemente no me llegan las palabras, por muchas y seguramente extravagantes razones, pero los sentimientos llegan amigo, si que llegan por muy imprevisible que sea el rumbo que tomes. Todavía no sabría decir a donde llegaran pero lo que si que es seguro es que ese futuro me esperará con un buen bourbon y en buena compañía aunque eso ya lo tengo. Sólo espero que al llegar me espere con un buen café porque admito que lo echo de menos.

domingo, 14 de julio de 2013

Grito

Hoy me he levantado raro lo admito, tenía ganas de descargar mi ira sobre lo primero que hiciera acto de presencia. Como suele suceder en la vida de muchos siempre paga quien más te quiere y más cerca está de ti. Y es que es de esos días que por alguna razón tienes ganas de romperle la crisma a alguien y romper la tuya de paso. Como otros días he intentado usar mi pequeño espacio en la red y en mi procesador de textos para poder disipar esa furia que recorría mi cuerpo y de paso ver si así se me pasaba el momento “raro”. Pero no había manera en todo el día de poder concentrarme para poder ganarme mi momento de paz y de paso disipar tanta rareza que me dejaba exhausto.

Además ha sido un día que se podría denominar monótono, veraniego, luminoso, con calor y con la gente del barrio de dominguito matutino. Esto quiere decir de salir a desayunar con la family y comprarte ese periódico, que no compras nunca, pero que como en este día en concreto te regalan algo y una revista que tiene a la mujer entretenida con los niños, mientras te dejan hacer como que lees el periódico y quedas como alguien informado. Esta visión desde luego no me ayudaba, sino que me ha puesto más en ebullición. No sabiendo que hacer decidí dar un largo paseo y hacer unas fotos, pero no amigos, hoy la naturaleza me estaba haciendo un soberano corte de mangas recordándome que antes tenia que resolver mis propios problemas internos y tal vez después fuera posible que se acicalara un poco para que yo hiciera unas fotos cual naturalista decimonónico. Y entonces llegó ya no pude más, el día me tenía hasta el mismísimo gorro, entonces y sólo entonces sucedió: di un grito. Un alarido inhumano, casi animal. De él empezaron a salir mis frustraciones mi rabia, mi enfado una pasión malsana que se había apoderado de mi sin saber como ni porque. No fue algo corto ni fue un solo grito. Fueron varios y fueron llenos de rabia y de palabras que salían brotando sin sentido y sin control, hasta lagrimas salían con ellos.

Después... silencio, no dudo que alguien me escuchó pero me daba igual, me sentía cansado pero tranquilo y por fin se había ido todo; aún lloraba pero estaba muy relajado. Me senté en el suelo y por fin miré el domingo como el día que debía ser y me di cuenta que me había olvidado de algo. Tenia que devolver gratitud a esa persona que a primeras horas de este domingo había tenido la deferencia y la paciencia de aguantar estoicamente mi mal humor. Espero que haya sabido entender el mensaje que le envié. Buenas noches.

miércoles, 10 de julio de 2013

El amor y Sean Connery

No sabría decir que es aquello que siempre hace que tengamos un romanticismo algo ñoño a la hora de escribir sobre una persona muy cercana a ti, que te llena mental y espiritualmente. Por mucho que queramos es algo que nos supera, hasta llegamos a poner música de balada, como decían aquellos anuncios de las dos de la mañana de la televisión: baladas de los ochenta las que recuperarás la pasión. Si que es cierto que tienes ganas de explotar y decir a los cuatro vientos porque realmente te sientes enamorado de esa persona a la que con el tiempo has convertido en algo más que un amor o una compañera del día a día, en un libro le leí a un personaje una frase que realmente me pareció apropiada: cuando ella me falta es como si me faltara el brazo derecho.

Admito sin embargo que tengo ganas de ponerme un poco ñoño, no se diría cosas muy muy románticas, pero me surge una duda, ¿sonaría real o podría parecer algo estudiado y algo falso?. Si bien es de ley que hacer algo literariamente barroco y elaborado me haría parecer conspicuo, no se, no me veo en ese tipo de papel tan, tan, tan Garcilaso por ejemplo. Es posible hacer un relato apasionado y lleno de metáforas con reseñas históricas como el estilo de Bequer, pero tampoco me veo. Y por supuesto no imitare a Buenafuente porque entonces no sólo no conseguiría nada sino que además es bastante probable que hiciera compañía al teletienda en un sofá.

Definitivamente hay que decir que escribir algo romántico sin parecer un tipo pomposo, un melindres o alguien pedante y creído es tremendamente complicado, aunque se me ocurre la palabra “jodido”, pero lo dejaremos en complicado. Se me ocurren un par de cosas, pero admito que en mi caso ni siquiera estoy escuchando algo que me inspire, estoy escuchando la B.S.O. De la película de la Roca. En este momento solo se me ocurre decir: coño cariño te sacaré de alcatraz con la ayuda de mi viejo amigo Sean Connery en plan comando tengo hasta bengalas para hacer humo romántico en el momento del beso.... . No... no creo que eso funcione. Así que en estas estamos y se me acaba el tiempo. De modo que se me ocurre sólo una cosa y es la siguiente. Va para ti cielo: No leas esta entrada de blog porque después de esto si no tienes sentido del humor ese sofa que hay abajo va a ser mi mejor amigo, pero que sepas una cosa: te quiero no se como narices contarlo en este sitio sin parecer lo que no soy pero ahí queda, buenas noches.

lunes, 8 de julio de 2013

La carrera de galgos

Últimamente veo el mundo y no puedo creer hacia donde nos encaminamos, hacia donde corremos como galgos de carreras. Nos rodean tiempos importantes es cierto pero también nos rodean tiempos muy oscuros, con muchos cambios y algunos o mas bien la mayoría no para mejor; se cumple aquella máxima de los abuelos de los pueblos: los cambios casi nunca son buenos. Pero es que vivimos en un constante movimiento, hacia abajo sobre todo, sin saber que hay más allá del tobogán y lo peor de todo es la sensación de la gente de que nada importa salvo el consumismo al limite, corriendo como una procesión de locos hacia el nuevo modelo de iphone, el nuevo estreno taquillero de cine o simplemente preocupados por los precios del famoso whatsapp. Todo ello sin mirar simplemente como se derrumba el mundo a nuestro alrededor.

Me recordó todo esto a la caída del imperio romano, es como si estuviéramos teniendo un deja vu. En la cúspide económica de pronto se desplomaron sin saber por qué o si que lo sabían pero no les importó hasta que ya fue demasiado tarde para poder dar marcha atrás. El mayor problema es que hemos olvidado que nuestro primer deber como seres humanos es ese, “ser humanos” y por ende arrimarnos más unos a otros para tener la confianza de que si alguien cae, ahí tendrás un brazo que evitará que te hagas daño y te dará apoyo para levantarte y seguir adelante. Que pocas personas se preocupan de verdad por los demás, que lástima que caminamos hacia una humanidad tan deshumanizada y sólo pendiente del consumismo salvaje, alejándonos mas en consecuencia de lo que a mi modo de ver nos ayudaría a salir de todo esto: la humanidad, la fraternidad y lo que es creo es importante las emociones. No puedo creer que después de siglos de evolución todo se haya remitido a comportarnos como borregos ante las lucecitas de la publicidad que nos llama a idiotizarnos más sin preocuparnos por quien lo pasa mal y esta al lado de esa misma puerta con lucecitas. Sería como admitir que como sociedad hemos fracasado.

Y es que parece que somos eso precisamente: galgos de carreras; que van en una desenfrenada competición sin fin del canódromo corriendo detrás de una liebre que jamás cogerán que jamas podrán poseer. No se que pasa y lo que es peor en mi caso, ni siquiera entiendo que se pretende, salvo que el fin sea deshumanizarnos y hacernos fracasar. Es tan apremiante la situación que no termino de comprender por qué nadie hace nada al respecto. Por mi parte he intentado contar mi turbación no es mucho pero al menos empiezo a concienciarme de ello.

Neuras veraniegas, tics y la lectura

Es curioso, las estaciones traen una especie de tics que llevamos integrados no se si por publicidad subliminal, porque es lo que pide el cuerpo o simplemente por una especie de “cadena de hechos” que nos lleva a hacer a todos lo mismo. Esos tics son tan nuestros que es imposible explicar si es idea original de cada uno o simplemente que se nos abdujo el cerebro en un momento para que al menos una parte importante de la sociedad hiciera lo mismo. Creo que tendré que explicarlo, porque a simple vista parecen los desvaríos de un friki por culpa de un golpe de calor racheado del sur, sureste.

Paseando por las calles de la ciudad ves, con este buen tiempo, una cantidad de gente inusitada dando paseos. No es que sea una novedad y ni siquiera es algo tan reseñable como para darle importancia. Pero si que es cierto que de pronto ves una sorprendente cantidad de libros andantes en todos los bancos e incluso cafeterías donde todo el invierno lo mas que veías era el periódico. Es una especie de tic que aunque agradable es bastante desconcertante. Como si de pronto los libros y los lectores emergieran cual setas después de las primeras lluvias en primavera. Tengo que admitir que se me hace más agradable ver a gente con un libro que con un iphone o un e-book. Se me hace un tanto hereje sobre todo el e-book, pero no es el único tic veraniego. Hay otros igual de desconcertantes como las costumbre municipales de cortar las fuentes de agua decorativas para “ahorrar” agua, ¡¡cómo si en invierno se repusiera sola!!. Esto aparte de desconcertante es cuanto menos ofensivo. Con el calor que hace bien que se agradece pasar por una plaza con su fuente echando agua que aunque parezca que no, si que enfría un poco la tórrida temperatura del ambiente.

Hay muchos y variados tics en esta y las otras estaciones del año pero me he querido quedar con esas dos, porque pasan dos cosas. La primera es que leer debería ser algo de todo el año y no sólo algo tan insulso como la promesa de nochevieja: prometo prometo leerme este libro en el verano. La segunda porque admitámoslo, ese duende perverso que aconseja sobre el tema de las fuentes o no es corpóreo, o solo se manifiesta en invierno o nunca se ha paseado a las dos de la tarde por una plaza con una fuente apagada. No se porque os he mencionado esto, supongo que porque cuando quise leer como hago siempre, me encontré mi banco ocupado por uno de esos domingueros lectores a lado de la fuente con la que pasaba cierto repelús de frio y ahora paso calor porque esta apagada la muy... Así que me he venido a este espacio mas fresquito que es el blog a contarlo, ahora me voy a tomar un helado y mientras leeré un periódico; buenas tardes.

viernes, 5 de julio de 2013

Mensaje en una botella

Desde incontable la humanidad se debate entre el yo y el nosotros, sin mucho éxito a tenor de los resultados a través del tiempo transcurrido. Pero si que es cierto que la sociedad en general ha ido evolucionando hacia una individualidad colectiva, quien sabe si gracias a los móviles y sus malsanas comunicaciones que hacen creer al cándido, ansioso y deseoso humano que tiene al fin su pepito grillo particular para poder tener esa complicidad que no halla en su día a día. No deja de parecer un oxímoron, ¿verdad?, me refiero a esos dos términos: individualidad colectiva. Pero en lo que a nuestro presente se refiere casi que nos movemos de esta guisa, de manera colectiva pero siempre solos e individuales.

Cuanto más pienso en ello, más creo que hemos perdido ese sentido colectivo del “nosotros”. Las causas son miles, no tiene porque ser indefectiblemente el uso de la tecnología. Pero admito que me hastía tanta soledad entre tanta gente. Si, hay comunicación pero no, no hay comunión en esta manera de entendernos. Los viejos sistemas están cayendo en desuso y lo que es peor también se esta empezando a perder esa vieja costumbre de entablar relaciones cara a cara por una extraña comunión de sonrisas hacia una pantalla y un aparato electrónico, el mundo de 2001 Odisea en el Espacio entre nosotros al fin. Y aquí estoy yo intentando dirigirme al mundo desde la tecnología precisamente para ver si encuentro la comunión perdida y alguien por ejemplo me pide que le mande una carta por el viejo correo postal por el simple hecho de querer reunirse y hacer eso que se hacía antes de tener los dichosos aparatos, sonreírnos cara a cara mientras conversamos y entramos en comunión favoreciendo el nosotros en vez del yo. Paradojas de la vida, querido lector me dirijo a ti usando la solitaria y dichosa tecnología de la red, pero espero que aunque no sea entre nosotros y sea con cualquier otro no olvides que es importante este tipo de relaciones porque es precisamente lo que nos hace sentir vivos, buenas noches.

martes, 2 de julio de 2013

La noche y el gato

En la soledad de la noche vienen las hadas a ver como esta el alma de quienes sienten, en la soledad de la noche acuden al arrullo de los suspiros las almas en comunión con la ingenuidad de la juventud a hablar de los relatos del pasado de sus abuelos y bisabuelos. En esa soledad de la noche sentimos los pasos mullidos, suaves y cazadores de ese gato que transporta a las estrellas que llevan observándole durante largo rato a ver a las hadas encender las luces de las almas que traen la alegría de los tiempos pasados recreados en la ingenuidad de la niñez y la efervescencia de la juventud.

En el dulce aroma de la noche, huele el jazmín y el azahar mientras el silencio cómplice y pasional de los amantes desgarra en un suspiro profundo de un beso que recorre todo el cuerpo y el alma. El amor que las ninfas han regado con su rocío del arroyo tranquilo de donde las hadas vienen para en la noche hacer que las almas canten de manera coral a la luz de la luna y las estrellas que la soledad de la noche no existe, que el amor de los amantes es verdadero porque el arrullo del silencio transporta sonidos como el ulular tranquilo del aire nocturno con olor a jazmín para que los amantes sientan que en la soledad de la noche todo lo que ocurre es una coral de sentimientos que se llenan con relatos de amor pasados para alimentar el futuro inmediato de los amantes antes de que el sol les quite ese momento de ingenuidad infantil y efervescencia juvenil.

Pero...,¿y el gato?, el gato mis queridos amigos es ese vigilante fiel de todo lo que en la noche ocurre con sus brillantes ojos registrándolo todo para que nadie olvide ni las estrellas que la noche es un ente vivo lleno de presencias y que solo los amantes creen que es la soledad de su furtivo beso. El gato acompañara de vuelta a las hadas y a las ninfas para que puedan en la noche siguiente volver a acompañar a las almas a una comunión de esencias.

sábado, 29 de junio de 2013

El calor y las uñas de Frodo

La entrada del verano tiene dos cosas: calor y tedio. He de puntualizar, el tedio es sobre todo porque el calor promueve la feliz y tenebrosa idea de que hay que estar quietecito sin hacer nada a según que horas y esto nos lleva a algunos no a todos a ese segundo punto, el tedio. Cuando te aburres empiezas a dar vueltas remolón buscando algo que hacer..., ¡cuando realmente lo que haces es conseguir encontrar mil excusas para no hacer nada!, es una de esas situaciones que me recuerda al señor de los anillos la película, cuando vemos al des-uñado Frodo haciendo acto de tirar el anillo al fuego de su chimenea y acaba en su bolsillo,por cierto ¿nadie le dijo a Elijah Wood que comerse las uñas es un mal hábito y que hace aun mas feo que se te vea en cámara?. ¡¡Céntrate tío céntrate que ya estás yéndote por las ramas otra vez, deja las uñas de Frodo y cuenta lo que te ronda la mente!!.

Últimamente he decidido salir a hacer fotos con mi cámara digital de diseño turista, me he encontrado con fotos de lo mas artísticas y sobre todo turísticas, mi carpeta de fotos parece la guía de turismo de la diputación de Granada, porque bien mirado...¿y qué coño de fotos haces?, hacer fotos sin permiso es un delito, hacer fotos de menores aunque sean tus hijos y colgarlas en la red es un delito, tampoco puedes hacer fotos de suecas: el mito no es cierto, parecerías una guía del “ocio” y volvemos al primer punto sin permiso sigue siendo un delito. Y volvemos al primer punto de esta historia: hace un calor del copón y eso nos conduce de nuevo a las excusas y al tedio como no. Aún así no me salieron malas fotos eso si... tediosas hasta el punto mas satánico del término.

Así que me encuentro contando esto porque dentro de lo malo tiene dos cosas que no son tan malas: no tengo el dilema moral en términos fotográficos y combato ese perverso calor que me alienta a estar todo el puñetero día sin hacer nada que me llevaría irremediablemente a tener un ataque de desesperación y tragedia griegas sobre el aburrimiento y las declamaciones sobre el calor. La verdad tengo miedo, porque una vez terminadas estas lineas volveré a tener que salir a hacer fotografías que me estimulen para hacer otras cosas y no pensar en el dilema de si son éticas o no. Lo que si es seguro es que el tedio volverá como la sombra oscura de Mordor, eso si esperemos que el próximo héroe contra este mal tenga las uñas mejor arregladas.

viernes, 28 de junio de 2013

Efímero

No vemos esperanza, no. Pero el día se levanta desde mi ventana como cualquier otro, la misma rutina el mismo vaivén de todos los días, desayuna mira tus opciones y después ríndete o intenta que el día al menos parezca productivo de algún modo. Hoy el día ha venido acompañado de un susurro constante, una adormecedora brisa de calma que hace de mi vaivén diario un mecer en la hamaca. Aún así la jornada no parece traer nada, salvo ese maldito susurro que intenta que mire por esa ventana a ver si de entre esa rutina aparece la ninfa de la paz y la efímera sensación de felicidad. Felicidad, a veces creo que es una de esas mentiras creadas para que tiremos hacia delante como animales de cacería, para que no perdamos de vista el objetivo de lo que es menos importante, que debería ser sentirse pacificado interior y exteriormente, encontrando esa senda importante de nuestra vida que nos conduzca a la aventura a algo que sea legendario para la biografía anónima de nuestras rutinarias y poco esperanzadoras vidas.

Explorando los claro-oscuros de mi mente me doy cuenta que a veces contar algo no consiste en escribir algo original, que no consiste en odas ni musas de ningún tipo. Es una sucesión de letras que conducen a una serie de palabras trenzadas en frases que conforman nuestros pensamientos. Esa madeja es la que hace que cada día miremos por nuestra ventana buscando la aventura definitiva algo que nos haga tener una impronta que nos detenga en el tiempo y se nos recuerde por algo que nos representa que nos define y que en definitiva nos eleva a los templos de esas ninfas de la efímera felicidad... en el fondo no es más que eso, queremos que en ese vaivén de la hamaca haya algo más. Pero ya se sabe la felicidad dura lo que la sucesión de palabras trenzadas en esas frases delimitan o expanden nuestro pensamiento, para elevarlo a la aventura al templo de la efímera felicidad.

Y aquí sigo mirando por esa ventana, para poder alcanzar mi meta que no es otra que expresar mis pensamientos de la manera mas correcta y menos rutinaria posible, espero que por esta vez mis letras hayan tenido un fin adecuado que es la de expresar esta mi efímera felicidad.