domingo, 14 de julio de 2013

Grito

Hoy me he levantado raro lo admito, tenía ganas de descargar mi ira sobre lo primero que hiciera acto de presencia. Como suele suceder en la vida de muchos siempre paga quien más te quiere y más cerca está de ti. Y es que es de esos días que por alguna razón tienes ganas de romperle la crisma a alguien y romper la tuya de paso. Como otros días he intentado usar mi pequeño espacio en la red y en mi procesador de textos para poder disipar esa furia que recorría mi cuerpo y de paso ver si así se me pasaba el momento “raro”. Pero no había manera en todo el día de poder concentrarme para poder ganarme mi momento de paz y de paso disipar tanta rareza que me dejaba exhausto.

Además ha sido un día que se podría denominar monótono, veraniego, luminoso, con calor y con la gente del barrio de dominguito matutino. Esto quiere decir de salir a desayunar con la family y comprarte ese periódico, que no compras nunca, pero que como en este día en concreto te regalan algo y una revista que tiene a la mujer entretenida con los niños, mientras te dejan hacer como que lees el periódico y quedas como alguien informado. Esta visión desde luego no me ayudaba, sino que me ha puesto más en ebullición. No sabiendo que hacer decidí dar un largo paseo y hacer unas fotos, pero no amigos, hoy la naturaleza me estaba haciendo un soberano corte de mangas recordándome que antes tenia que resolver mis propios problemas internos y tal vez después fuera posible que se acicalara un poco para que yo hiciera unas fotos cual naturalista decimonónico. Y entonces llegó ya no pude más, el día me tenía hasta el mismísimo gorro, entonces y sólo entonces sucedió: di un grito. Un alarido inhumano, casi animal. De él empezaron a salir mis frustraciones mi rabia, mi enfado una pasión malsana que se había apoderado de mi sin saber como ni porque. No fue algo corto ni fue un solo grito. Fueron varios y fueron llenos de rabia y de palabras que salían brotando sin sentido y sin control, hasta lagrimas salían con ellos.

Después... silencio, no dudo que alguien me escuchó pero me daba igual, me sentía cansado pero tranquilo y por fin se había ido todo; aún lloraba pero estaba muy relajado. Me senté en el suelo y por fin miré el domingo como el día que debía ser y me di cuenta que me había olvidado de algo. Tenia que devolver gratitud a esa persona que a primeras horas de este domingo había tenido la deferencia y la paciencia de aguantar estoicamente mi mal humor. Espero que haya sabido entender el mensaje que le envié. Buenas noches.

No hay comentarios:

Publicar un comentario