lunes, 8 de julio de 2013

La carrera de galgos

Últimamente veo el mundo y no puedo creer hacia donde nos encaminamos, hacia donde corremos como galgos de carreras. Nos rodean tiempos importantes es cierto pero también nos rodean tiempos muy oscuros, con muchos cambios y algunos o mas bien la mayoría no para mejor; se cumple aquella máxima de los abuelos de los pueblos: los cambios casi nunca son buenos. Pero es que vivimos en un constante movimiento, hacia abajo sobre todo, sin saber que hay más allá del tobogán y lo peor de todo es la sensación de la gente de que nada importa salvo el consumismo al limite, corriendo como una procesión de locos hacia el nuevo modelo de iphone, el nuevo estreno taquillero de cine o simplemente preocupados por los precios del famoso whatsapp. Todo ello sin mirar simplemente como se derrumba el mundo a nuestro alrededor.

Me recordó todo esto a la caída del imperio romano, es como si estuviéramos teniendo un deja vu. En la cúspide económica de pronto se desplomaron sin saber por qué o si que lo sabían pero no les importó hasta que ya fue demasiado tarde para poder dar marcha atrás. El mayor problema es que hemos olvidado que nuestro primer deber como seres humanos es ese, “ser humanos” y por ende arrimarnos más unos a otros para tener la confianza de que si alguien cae, ahí tendrás un brazo que evitará que te hagas daño y te dará apoyo para levantarte y seguir adelante. Que pocas personas se preocupan de verdad por los demás, que lástima que caminamos hacia una humanidad tan deshumanizada y sólo pendiente del consumismo salvaje, alejándonos mas en consecuencia de lo que a mi modo de ver nos ayudaría a salir de todo esto: la humanidad, la fraternidad y lo que es creo es importante las emociones. No puedo creer que después de siglos de evolución todo se haya remitido a comportarnos como borregos ante las lucecitas de la publicidad que nos llama a idiotizarnos más sin preocuparnos por quien lo pasa mal y esta al lado de esa misma puerta con lucecitas. Sería como admitir que como sociedad hemos fracasado.

Y es que parece que somos eso precisamente: galgos de carreras; que van en una desenfrenada competición sin fin del canódromo corriendo detrás de una liebre que jamás cogerán que jamas podrán poseer. No se que pasa y lo que es peor en mi caso, ni siquiera entiendo que se pretende, salvo que el fin sea deshumanizarnos y hacernos fracasar. Es tan apremiante la situación que no termino de comprender por qué nadie hace nada al respecto. Por mi parte he intentado contar mi turbación no es mucho pero al menos empiezo a concienciarme de ello.

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