lunes, 15 de julio de 2013

el bourbon, los recuerdos y la rutina

Me dijo un buen colega ya muerto que salir por las mañanas por la puerta fuera la hora que fuera era toda una aventura. Desde ir al trabajo pasando por esa carretera llena de luces de los faros aún iluminadas, ese viandante madrugador que siempre aparece haciendo footing o simplemente el llegar a la cafetería más tempranera para tomar ese café fuerte y ardiendo como el mismísimo infierno que te abre los ojos para acojonarte pensando en el día que te espera.

Pues eso es lo que ahora no pasa por varias razones a muchísima gente. La primera es que ahora amanece antes y hace ya algo de calor con lo que ese café no apetece tanto, la segunda y fundamental es que muchos están de paro forzoso gracias a la situación diaria. El caso es que el amanecer y salir por la puerta ahora cuasi que acojona más, porque vas sin rumbo fijo, detengámonos precisamente en esto, salir sin rumbo. Lo primero que descubres es que andar es un oficio duro, el café no sabe tampoco igual, de hecho sabe a café. Pero el panorama es descorazonador, sin un leit motiv ya te sientes bastante desorientado, por mucho que allí estén todos los elementos de esa vida anterior, ahora carecen de sentido. Como también carecen de sentido las típicas maldiciones y gruñidos sobre lo que te jode tu jefe o tu colega el mas pelota del planeta pero el que menos trabaja. Así que observas a tu alrededor y ves muchos cafés en la misma desacostumbrada hora y en vez de relajarte lo que haces es lamentarte más.

Podría decir que la rutina sigue y sigue pero no es así porque como decía este buen colega, para que haya una rutina tienes que estar muerto o peor. Donde no alcanzan las palabras, llegan los sentimientos decía este buen amigo ya desaparecido hasta de mi memoria salvo por cosas como esta, la afición al Jack Daniels y a los buenos cigarros. Hoy posiblemente no me llegan las palabras, por muchas y seguramente extravagantes razones, pero los sentimientos llegan amigo, si que llegan por muy imprevisible que sea el rumbo que tomes. Todavía no sabría decir a donde llegaran pero lo que si que es seguro es que ese futuro me esperará con un buen bourbon y en buena compañía aunque eso ya lo tengo. Sólo espero que al llegar me espere con un buen café porque admito que lo echo de menos.

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