No sabría decir que es
aquello que siempre hace que tengamos un romanticismo algo ñoño a
la hora de escribir sobre una persona muy cercana a ti, que te llena
mental y espiritualmente. Por mucho que queramos es algo que nos
supera, hasta llegamos a poner música de balada, como decían
aquellos anuncios de las dos de la mañana de la televisión: baladas
de los ochenta las que recuperarás la pasión. Si que es cierto
que tienes ganas de explotar y decir a los cuatro vientos porque
realmente te sientes enamorado de esa persona a la que con el tiempo
has convertido en algo más que un amor o una compañera del día a
día, en un libro le leí a un personaje una frase que realmente me
pareció apropiada: cuando ella me falta es como si me faltara el
brazo derecho.
Admito sin embargo que tengo ganas de ponerme un poco ñoño, no se diría cosas muy muy románticas, pero me surge una duda, ¿sonaría real o podría parecer algo estudiado y algo falso?. Si bien es de ley que hacer algo literariamente barroco y elaborado me haría parecer conspicuo, no se, no me veo en ese tipo de papel tan, tan, tan Garcilaso por ejemplo. Es posible hacer un relato apasionado y lleno de metáforas con reseñas históricas como el estilo de Bequer, pero tampoco me veo. Y por supuesto no imitare a Buenafuente porque entonces no sólo no conseguiría nada sino que además es bastante probable que hiciera compañía al teletienda en un sofá.
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