miércoles, 7 de agosto de 2013

Vacío

La vida se compone de momentos, los momentos se componen de escenas y fotogramas compuestos por pequeñas acciones que marca nuestro siguiente paso en la evolución de nuestra vida cotidiana. Admito sin embargo que las circunstancias a veces hacen que tengas que borrar, o más bien tengas que retocar cada fotograma antes de emitirlo en el continuo espacio de nuestra toma de decisiones. No obstante, hay que al menos hacer una reflexión de porque retocamos, eliminamos y procesamos dichas escenas, dichos fotogramas.

Tengo que admitir que últimamente me paso los días eliminando escenas porque parecen políticamente incorrectas, porque son reprobables o simplemente son tan diferentes que son incomprendidas y al final reprobadas; quedando dos caminos, o eliminas la escena o simplemente cargas con la consecuencia del guión subsiguiente a esa escena. No se vosotros, en serio, pero tengo la sensación de que a la gente le encanta la rutina establecida por la sociedad y cuando te sales de ella o directamente no se percatan que no eres el estrato social que ellos desean directamente te aíslan, eso si con mucha corrección política, pero te aíslan. Con lo sensacional que es la diversidad, la sensación de aires nuevos para una convivencia y la capacidad de saltarse una rutina para convertirte en algo único. Pues no amigos, no, importa más que formes parte de un engranaje que se ajuste a la película que hay alojada en las mentes de personas que no desean ser mas que amebas dirigidas por un ente que dicta hasta sus más íntimos y oscuros pensamientos.

Y esto nos vuelve a traer al principio, el montaje nocturno de cada cortometraje diario que es la vida cotidiana y la conclusión de que en ciertos momentos, me encantaría ser como ellos, sólo en ciertos momentos claro. El resto del tiempo observo con desespero como a mi alrededor hay como una especie de vació en el que me siento solo gritando a la nada de Atreyu, esperando sin mucho éxito una respuesta para no tener que estar recomponiendo las escenas de mi día a día. ¿Y sabéis que es lo más triste de todo esto?, que por mucho que intente o intentéis cambiar la dinámica e intentar enseñar un mundo nuevo o simplemente una manera distinta de sobrellevar la vida cotidiana, la respuesta sera simple: un discreto silencio y el aislamiento. Y nada de lo que se intente cambiará la situación, a no ser que gritéis fuerte al vació o que simplemente tengáis un oído cómplice para que el vacío se llene por una vez de algo distinto a la rutina.