Los pensamientos son como
los sueños, a veces no sabemos como expresarlos. Es incompresible la
magia que hace que nuestra mente sea capaz de sustraer a la vida y a
nuestras cábalas posibilidades infinitas para el entendimiento de
nuestro subconsciente. La magia, si. Podemos estar o no de acuerdo
con su existencia de manera empírica pero a veces se manifiesta de
manera intensa e íntima dentro de cada uno de nosotros. Se hace
visible en nuestras lagrimas, es nuestras sonrisas en nuestra
hilarante carcajada o incluso en la piedad sobre nuestros semejantes
y sus cuitas.
A veces el sueño es como
mirar a través de una lluviosa ventana, no vislumbras que hay más
allá, pero sabes, intuyes y olfateas esa limpieza que trae el agua,
mientras el cielo llora por cada sentimiento expresado que muere al
aflorar otro en cualquier parte distinta del universo. No, puede que
no sea magia, ciertamente, pero es posiblemente el truco de
prestidigitador o de trilero si me apuráis más alucinante que
podréis ver. Hoy concretamente alguien trató de captar un momento
único, era un gorrión mojándose alegremente en una fuente bajo el
sol del medio día. En si el momento podría parecer normal, pero
hubiera sido una buena instantánea de esos momentos de agua, alegría
y magia de los que hablamos. Al final el momento duro un sólo
instante. Lo que nadie puede dudar es que el mundo esta hecho
precisamente de eso de instantáneas, ellas son en si mismas materia
hecha de los sueños de las personas que como la de la que hablaba
hace un momento buscaba tener almacenado un sencillo y mágico
momento personificado en ese gorrión y su insaciable sed de frescor
en la fuente.
No obstante los
pensamientos nos traen trozos de universo para que nuestros sueños
diseñen el motor de la vida en nuestro pequeño globo azul. La magia
sólo es la explicación más o menos veraz de la interpretación de
nuestros sueños y de nosotros ha de depender el convertirlos en algo
más que una voluta de invisible humo que se transportará mas allá
de nuestro alcance para disiparse en el aire y quien sabe si para
convertirse en la lluvia reparadora que usara nuestro pequeño
gorrión una vez mas para darse un merecido homenaje, buenas noches.
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